jueves, 29 de mayo de 2014

La paz interior: la lección del maestro Shifu y Po

Sí. Eso es lo que más me ha costado: aceptar y fluir. 

Me suelo resistir como una persona atada a una silla que trata de zafarse. 

Me agito. Muevo la cabeza estilo Linda Blair. Me desespero. Me colerizo. Empieza la efervescencia, explota. Si me veo desde afuera seguro que soy como un trompo que gira sobre su propio eje y rota, pero chocando con gente, cosas... Ya cansada de insistir y no conseguirlo, me entristezco y lloro. 

Lloro como adolescente: con almohada apretada contra el pecho o lanzándome desde la puerta del cuarto a la cama y hundiendo la cabeza en las sábanas, que claro, aprieto con mis puños y también llevo a mi pecho para chillar con la boca abierta; y la otra escena es golpeando la pared del baño mientras me cae agua. Y así hasta que el cansancio me agote y deje dormida. 

Soy drama queen, sí, lo acepto ¡Me agobio! De pronto, una lista de cosas me vuelven loca y sola, porque es solita, les imprimo un ritmo frenético para conseguirlas, y ese ritmo crece y crece y crece hasta seguramente parecer una loca que pelea con molinos.

El tema está en que esos molinos son además mi propia creación, por lo que ni son molinos. ni llegan a ventilador porque no son nada. Sólo yo he puesto el ritmo y la capitulación para cada una de esas acciones. Sólo yo he puesto un dead line, pero no de la tarea sino de mi vida, día a día. 

Hay días que estoy iluminada y el viaje es en una nubecita. Otros sobre una tabla de surf, re la ja daaaaaa. Suaves como Simoleón y Mistolín, pero otros soy un trompo, el demonio de tasmania...

Mi hermana me dijo algo que es cierto, y que también he leído, sabemos que estamos en paz cuando en situaciones "desestabilizadoras" seguimos tranquilos. Y claro, es muy fácil estar en paz metido en una cueva, en una montaña, sólo, con todo controlado. El reto es en la cotidianidad, con otros, con fuerzas encontradas, con deseos no cumplidos, con el ego herido...

Entonces me pregunto ¿cómo carajo lo logro? FIno, ya sé que mi paz no está lograda, trabajada, consolidada, robusta para flexibilizarse con los azares del entorno; reconozco que creía haber avanzado y pues no mucho jejeje. Esto es lo primero, me digo, estar consciente.

Luego pienso en Kung Fu Panda. Sí, la peli. La una y la dos son de mis favoritas de la vida. Creo que dan dos mensajes maravillosos y necesarios. 

En la primera es de aceptar que eres diferente, que no eres lo que otros esperan y está bien, lo importante es que tú mismo encuentres qué te motiva. Y en la segunda, abordan la ansiada paz interior, tan ansiada que nos quita la paz: tengo que conseguir la paz, tengo que conseguir la paz...y concluyo que las dos películas son la misma historia, una parte de la otra, porque cuando sé quien soy, qué quiero, qué me mueve empiezo el siguiente y superior camino la consolidación de mi ser.

Digamos que estoy como Po en la segunda peli: ujm sí, la paz, estoy en paz, estoy en paz, ujm, sí...y mentira jejejeje así no la encuentro. 

Sé que la quiero pero debo trabajarla desde adentro: aceptando, fluyendo, adaptándome. Entendiendo que las cosas no tienen que ser como quiero que sean; que lo que es bueno para mi no es bueno para el otro; que las cosas son porque así deben ser; que tal vez es mejor que no sean como quiero...

Pero nada de esto significa: no planificar, no forjar un camino para lograr mis sueños, echarme a ver qué pasa, no, esto significa que hay que saber soltar, saber retirarse, adaptarse, flexibilizarse y encontrar en las condiciones actuales las posibilidades para lograr lo que quiero, porque es mi objetivo lo que deseo lograr, no la satisfacción de mi ego en el cómo lo logré, o ¡mira, qué controlado lo tenía todo!

El maestro Shifu le explicaba a Po que la paz interior no se decreta, que él, Shifu quería superar a su vez a su maestro, y trabajaba duro para lograrlo, todos los días...hasta que comprendió que debía superarse a sí mismo, los conflictos que tenía que resolver no eran los del mundo, sino los internos. 

El maestro Shifu nos enseña que la paz interior se consigue con un trabajo interno para perdonarte, perdonar; se trata de que tu vida fue, sí, pero tú decides como quieres que sea ahora. Y Po lo logra en medio de una gran adversidad, de un inmenso dolor. Y lo logra porque se mueve, vive sin ansiedad, sin rabia...y sobre todo creyendo en sí mismo, en que si lo cree es suficiente para lograrlo. Pero, ambos resultados van de la mano confianza en sí mismo y aceptación.

Cuando logremos aceptarnos, flexibilizarnos, adaptarnos, comprender que as cosas son y no cómo quiero que sean, cuando respondamos las preguntas que nos persiguen pero les echamos tierrita creyendo que todo está bajo control...seremos como el maestro Shifu que podía estar en paz independientemente de lo que sucediera a su alrededor.

¡Al final Po lo logró! Si Po pudo, nosotros también podemos ¡Sí se puede!

  






jueves, 22 de mayo de 2014

"Voy a ser feliz debajo de sus sábanas..."







Esta frase es parte del coro de la nueva canción de Fito Páez que se llama Yo Te amo. La letra es optimista, fresca y linda, eso quiere decir que Fito está feliz. Cuando está triste, melancólico o viviendo su "noche oscura", sus canciones son poéticamente abstractas. Ambas fascinantes e igualmente poderosas.

Con ambos estados de ánimo me gusta Fito. Con ambos enfoques me conecto. Pero cuando está feliz tiene una fuerza tremenda porque con sencillas palabras logra decir bellas cosas, tan sencillas que a veces pasamos inadvertidas por cotidianas. 

La frase yo te amo es un ejemplo de la fabulosa y exclusiva, creo, posibilidad que tenemos quienes hablamos español de poder diferencia y dimensionar este sentimiento porque a muchos podemos querer, pero no a todos amamos. 

En inglés I love you es te quiero y te amo, para nosotros son dos emociones totalmente diferentes.Tan diferentes que si estamos en una relación y sólo nos dicen te quiero nos volvemos un poco locos y pensamos: no está enamorado de mi, esto quiere decir que no hay futuro. Sabemos entonces que esa persona no siente amor, sólo cariño. Y para cariño pues cualquiera.

Por eso, cuando nos sentimos comprometidos emocionalmente, cuando deseamos estar con esa persona la mayor parte del tiempo, disfrutando y compartiendo, el sentimiento que nos une es el amor, y lo que se dice es Yo te amo. Pero a veces la frase va en un solo sentido.

Si nos dicen te quiero no tenemos que echarnos a morir; sólo por amor murió María, la protagonista de Jorge Isaac, escritor colombiano, y la historia es ficción. Si nos dicen te quiero, a secas, pues meditamos, hacemos un balance y definimos si nos interesa que nos quieran, si nos conformamos con eso, o creemos que tenemos el derecho a ser amados, así como a amar.

Creo en el amor. Dirán, pues claro, tienes pareja, sí, pero creía en él aún estando sola, y creía porque sí; porque quería creer que también podía sentir, hacer sentir y que me hicieran sentir especial, amada, amar, respetada, respetar, admirada, admirar. 

Creía independientemente de mi situación porque aunque no me amaran sabía que había amado, sólo debía seguir mi camino hasta que se diera la maravillosa coincidencia de amar y ser amada. Y sí se da. 

Algunos dirán: ¡lo he intentado todo! Ummm aunque suene duro, si tienes los mismos resultados pues no lo has hecho todo, simplemente has seguido haciendo lo mismo. Tal vez eso "mismo" es escoger con el mismo criterio, es decir, la falta de criterio. Tal vez han estado en momentos diferentes...Cualquier cosa, no importa, no te quedes pegado. Sigue adelante. 

Sí, seguir adelante dolerá. Llorarás, también. Engordarás o adelgazarás; te beberás el despecho, es posible; o lo sudarás con ejercicios...busca tu manera, pero sobre todo reconoce TU DERECHO a amar y ser amado. Y ten presente, que puedes esperar en la misma medida que das, tal vez no de la misma manera, pero sí con la misma intensidad.

Ama, date la oportunidad de que te amen y canta feliz ¡Yo te amo!

Acá en el link para que disfuten la canción y digan a coro con Fito: "voy a ser feliz debajo de sus sábanas, le voy a pedir que me haga un huequito en su cama, va a decir que sí pues tengo la pócima mágica, las palabras clásicas: ¡yo te amo!"













martes, 13 de mayo de 2014

¡Mi primera vez!

¡Estoy emocionada! Pero también siento un poco de miedo. 

Es como si hubiera detenido el corazón para escuchar con atención mis pensamientos y ponerlos en orden en las siguientes líneas.

¡Es mi primer blog. Mi primer escrito para mi primer día de blog! 

Ahhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh - grito de relajación.

Marchante de historias  es mi vehículo para compartir sensaciones, ideas, reflexiones, historias, crónicas que vivo o me han contado. 

Me encantan las historias. Tengo una imaginación muy prolija. 

Soy capaz de ver a una persona y armar en mi cabeza una descripción de ella, suponer sus razones, motivaciones, inquietudes, miedos...explicar su comportamiento. No procuro validar si lo que imagino es cierto o no. Sólo lo pienso. En otras ocasiones lo comento y en muy pocos momentos voy por la comprobación; esto último puede que suceda si se trata de un ser querido que me preocupa y deseo conocer que se encuentre bien, y si no poder ayudarle. 

También un sonido, un olor, una sensación puede ser un disparador para empezar a hilar una historia. Como ven, me gusta crear.

Supongo que mi fascinación por las historias viene de la lectura. Certifico que los libros animan, entrenan, nutren la imaginación porque recreas personajes, lugares, sentimientos y en mi caso también ha influido mi padre. 

Mi papá es como el protagonista de Big Fish: pone un poco de picante y exageración a sus vivencias para hacerlas divertidas, asombrosas y llamativas. 

La mayoría le dice Rivas, su apellido; sus familiares le dicen Nahum, su segundo nombre; otros "El Turco"-por parecer árabe- y casi nadie sabe que se llama José porque a casi nadie le dice. Es de El Callao estado Bolívar-Venezuela, pero para muchos es margariteño (Isla de Margarita), para otros maracucho (estado Zulia) y otros colombiano. A nadie desmiente. A todos alimenta su suposición.

Imagino que a mi papá no le importa alterar su vida si esa alteración le acerca más a la persona, y ese acercamiento le permite contar cosas y oír tantas otras. Él es un marchante-mercader- de historias.

En los libros y mi padre he descubierto el origen de mi fascinación, así como en las palabras. Las amo. Puedo llegar a ser tan literal que en ocasiones siento que no comprendo o no me sé comunicar. 

Siento que los significados de las palabras retumban en mi cabeza creando imágenes, nuevos universos y esos choques me parecen fascinantes. Siento y pienso que son un medio multinivel de expresión. Y las palabras son mi medio y fin. De antemano, gracias por estar allí.

Con ustedes compartiré desde la reflexión que me vino mientras me bañaba, la meditación que logro cuando arreglo cosas, aprendizajes, información de interés, mis cuentos...y todo lo que crea que contándolo transformo, aporto y entretengo.

Me deseo un camino divertido, emocionante, atractivo, prolijo y satisfactorio en este nuevo espacio ¡Aaaaménnn!