La definición que da wikipedia de esta bonita palabra, gerundio, es la siguiente: "en el contexto particular de la gramática, el gerundio es una conjugación del verbo que demuestra una acción; pero no está definida ni por el tiempo, el modo, el número ni la persona".
Si lo extrapolo asevero que ahorita estoy en gerundio. Desde hace un par de días pienso más acerca de un tema, y ello me invita a callar más. Necesito oírme para comprenderme, y para ello requiero bajarle la velocidad a los ideas que pasan por mi cabeza al estilo valla casa de bolsa. Se mueven horizontalmente y rápidamente. Subió. Bajó. Positivo. Negativo. Más. Menos.
A veces lo logro. Otras no. En ocasiones me engancho a ellos y doy vueltas como en las correas de los aeropuertos, voy y vengo, voy y vengo, y ese ir y venir me ensimisma y enmudece.
Estoy en gerundio agudo. Estoy viendo, contemplando, escudriñando, develando... Estoy algo lela ante mi valla mental. Me encuentro sin respuestas y con muchas preguntas.
Y hoy me encuentro escribiendo sobre todo, sobre nada. Estoy publicando Marchantes de historias un viernes, aunque su día habitual es el jueves, pero que no cunda el pánico: estamos en gerundio, estamos siendo desde ayer, desde antes de ayer, estamos pensando, analizando y sobre todo estamos redactando, por tanto, hoy es un jueves en gerundio.
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